Profesora

Dra. Mafalda Victoria Díaz-Melián de Hanisch

domingo, 2 de mayo de 2021

El derecho histórico Patrio de Chile.


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma; Paula Flores Vargas; Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig;Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán; 


Capitulo VI
El derecho histórico Patrio de Chile.
Escudo de Armas de Patria Vieja.

(i).-La Independencia y fin de colonialismo español.

En 1776 las trece colonias inglesas en América iniciaron un proceso político inédito declarando su independencia de la metrópoli monárquica europea y creando una república reglada por una constitución escrita con el nombre de Estados Unidos de América.
A partir de 1808, durante la Guerra de la Independencia Española a causa de la invasión napoleónica, los criollos al igual que los peninsulares en España, establecieron juntas para gobernar las tierras en nombre del rey Fernando VII de España. Esta experiencia de autogobierno, el antecedente de la Independencia de Estados Unidos, y la influencia del liberalismo y las ideas de la Revolución francesa y estadounidense llevó a la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1809-1824), de la que emergieron la mayoría de las repúblicas hispanoamericanas de la actualidad.
En América del Sur las primeras juntas criollas como las establecidas en La Paz, Virreinato del Río de la Plata (1809), Chile (1810), [Nueva Granada] (1810), Quito (1809), fueron violentamente reprimidas por las autoridades metropolitanas españolas, causando la derrota de todas ellas
 La Primera Junta de Buenos Aires (1810) fue el único gobierno patrio que pudo permanecer, estableciendo una continuidad histórica con los gobiernos posteriores de la Argentina.
Desde Buenos Aires se comenzó la campaña de liberación del sur del Continente. Dos grandes ejércitos libertadores se formaron y atacaron a las tropas realistas desde el sur y el norte, dirigidos por José de San Martín y Simón Bolívar, para confluir en Guayaquil, donde el mando general de las tropas independentistas sudamericanas quedó en manos de Bolívar.
 La guerra por la independencia de Sudamérica (Suramérica) se extendió entre 1810 y 1824. Este último año, los realistas, arrinconadas en el Alto Perú fueron finalmente derrotados en Ayacucho por un ejército sudamericano al mando del Mariscal Antonio José de Sucre. Una vez que los pueblos de América de Sur se independizaron de España, y luego de complejos procesos, terminaron creando las siguientes naciones independientes de la actualidad: Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Los pueblos del Virreinato de Nueva España se iniciaron en 1810 con el Grito de Dolores y también luego de complejos procesos políticos terminaron creando las siguientes naciones independientes de la actualidad: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua. Con posterioridad se independizó República Dominicana.
En 1898, los Estados Unidos ganaron la Guerra Hispano-estadounidense y ocuparon las islas de Cuba y Puerto Rico, finalizando la presencia española en América. Cuba se independizó en 1902, mientras que Puerto Rico se organizó como estado asociado a Estados Unidos.
Otros territorios de origen hispano, como California, Texas y Florida, se organizaron como estados de los Estados Unidos.

(ii).-Del derecho histórico nacional.

Armas de Transición.

El estudio de la historia del derecho patrio o nacional se empieza a estudia normalmente desde primera junta nacional de gobierno el 18 de septiembre de 1810 asta  el 1 de enero de 1857 que empezó a regir el código civil chileno. Se divide este periodo en dos etapas:
La primera etapa empieza el año 1810 asta año 1833 en que empezó a regir constitución del 1833. Este periodo se llama de los ensayos constitucionales.
El segundo periodo empieza desde la promulgación de la constitución de 1833, cuando republica jurídicamente constituida hasta promulgación de código civil de Andrés Bello.
El código civil de Andrés Bello reemplaza la legislación española que regia en Chile en materia civil, comenzando el derecho nacional en materia civil.

Primera etapa de los ensayos constitucionales.

La patria vieja.

Primer congreso nacional promulgo la primera constitución nacional.
Reglamento constitucional provisorio de 1812, sancionado el día 27 de octubre del mismo año. Esta es la primera constitución de Chile, estableciendo estructura y organización de poderes públicos.
El poder ejecutivo correspondió a junta de 3 miembros. Duro hasta 1814.
Junta estaba formada por José Miguel Infante, Agustín Izaguirre y Francisco Antonio Pérez.
Con la lucha militar entre fuerzas realistas y patriotas chilenos,  promovió la convocatoria a cabildo abierto y se  acordó concentrar el poder en un solo funcionario llamado Director supremo. Fue designado a don Francisco de Lastra.
El día 17 de marzo de 1814 promulgo nuevo reglamento provisorio que amplio las facultades del director supremo. El senado es nombrado por el y es asesor.
El gobierno de chile quiso disimular el propósito de la independencia y firmo con tropas españolas el tratado de Lincay.
 Se reconoce la soberanía de rey Fernando VIII. Se reconoce la validez del gobierno patriota.
El director Supremo De Lastra fue derrotado por José Miguel Carrera  quien radico la lucha política en junio 1814. Esto provoco división política entre los patriotas Chilenos.
El tratado fue desautorizado por el virrey de Perú.
Entre los realistas y patriotas empezó una nueva lucha de poder que termino con desastre de Rancagua de 1814. Por el  general Mariano Osorio.

La reconquista.

La reconquista española o restauración absolutista de 1814-1817 y cuyo fin se produjo de las armas patriotas en batalla de Chacabuco el día 12 febrero de 1817 por  San Martín y Bernardo O” Higgins y en forma decidida batalla de Maipú el día 5 de abril de 1818.

La patria nueva.

En santiago el cabildo abierto nombro a don Bernardo O Higgins director supremo.
El gobierno de Bernardo O Higgins o dictadura militar prohibió el uso del escudo de armas y los títulos de nobleza. En junio de 1818 declaro abolido mayorazgos.
 La constitución de 1833 reconoció la validez de los mayorazgos.
Sobre padre de patria influyeron los agentes consulares americanos Guillermo Dolfor y Bland trataron persuadirlo de adoptar los principios de derecho público.
  • 1º.-Democracia representativa.
  • 2º.-Federalismo.
  • 3º.-Libertad de culto.
Acontecimientos graves como los fusilamientos de los Carrera en Mendoza.

En una  reunión del cabildo abierto abrigaron a Bernardo O Higgins la convocatoria del congreso y abdicación de director supremo.

Segunda parte  la codificación del derecho patrio o nacional.

La codificación de leyes consiste en reunir todas las leyes de una rama del derecho o una parte de ella  en una sola ley general y sistemática donde se fusionan las anteriores leyes contradictorias y no sistemáticas.
El moderno movimiento codificador empezó con la codificación francesa napoleónica a comienzo siglo XIX en Francia. A partir de entonces y a lo largo de los siglos XIX y XX los códigos empezaron a multiplicarse.
Diversos elementos configuraron el movimiento codificador, que  Guzmán Brito, Alejandro, La fijación del Derecho (Valparaíso, 1977), ha sintetizado en:
  •  i) Una filosofía: el iusnaturalismo racionalista;
  • ii) Un material de Derecho al cual dicha filosofía se aplicó: el Derecho romano iusnaturalista; y
  • iii) Una forma de presentar el resultado de esa síntesis filosófico-jurídica: el sistema axiomático de tipo matemático.

El éxito de la codificación expresado en la acogida que tuvieron los códigos iusracionalistas fue indudable. Y no podía ser menos: como el mismo Guzmán ha señalado, "dejando a un lado todos los aspectos propiamente filosóficos y materiales, a los cuales ese éxito se vincula específicamente, un Derecho que se presentaba con el ropaje de la lógica y de las matemáticas, a partir de definiciones y desarrollado en proposiciones concatenadas, tenía que mostrarse como superior a un Derecho fragmentario, casuístico, empírico, atiborrado de opiniones y pareceres, basado en la discusión dialéctica, como era el Derecho romano común y el propio de cada país. Certeza, claridad, fijeza, eran ideales que la forma de concebir el Derecho alcanzada por los iusnaturalistas satisfacían plenamente".

Hay señalar que los movimiento codificador empezó con las ramas civiles, comercial, penal y procesal. Se empezó a ampliar a demás ramas del derecho como  derecho tributario, sanitario, etc.

Historia de la codificación nacional.

Comúnmente se le otorga como punto de partida a la codificación chilena al Código Civil de Andrés Bello en 1855, pero la primera codificación existente en Chile fueron las ordenanzas generales del ejército en el año 1839.
Otros le atribuyen el comienzo de la codificación chilena al Código Procesal de 1837. Lo que hay que aclarar y para evitar todo tipo de confusión, es que el código civil, no fue el primer esbozo de codificación chileno. La independencia de Chile (1810-1818) puso a los primeros gobiernos republicanos de Chile en el problema de rearmar por completo la legislación sobre numerosas materias jurídicas.
Las primeras décadas de Republica fueron invertidas en darle a Chile una estructura política e institucional estable, lo que se logró finalmente con la constitución política de 1833. De este modo, en la década de 1830 comenzaron las obras para rearmar el resto de la legislación nacional o patria.
Un avance substancial en algunas materias de interés urgente en la fecha, se dio con la promulgación de las llamadas Leyes Marianas, en 1837 en materia procesal.
Sin embargo, en el siglo XIX era fortísima la influencia del código napoleónico, y del movimiento codificador, hubo aspiraciones por gobierno a que Chile iniciare la codificación del derecho privado, empezando redacción del Código Civil.
Esto se logró con la promulgación del llamado Código de Bello, apodo informal con el que se conoce a un Código Civil que fue casi íntegramente redactado por el jurista venezolano nacionalizado chileno don Andrés Bello, publicado en año 1855, que entró en vigencia en 1857, y que aún sigue vigente, aunque con grandes modificaciones, tanto en el interior del mismo, como por obra de leyes complementarias que han ido extrayendo materias desde el mismo.
Este Código Civil fue después complementado por otros códigos que trataban materias del derecho sustantivo, y de este modo se promulgaron por gobierno el Código de Comercio y el Código Penal, y un código de minería.

Durante la segunda mitad del siglo XIX se produjo también la codificación del derecho procesal orgánico, en 1875 se promulgó la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales de Justicia, antecedente más o menos inmediato del actual Código Orgánico de Tribunales.
A comienzo del siglo XX, se codificó el derecho procesal funcional, en 1903 el Código de Procedimiento Civil, y en 1907, el Código de Procedimiento Penal.
Durante el siglo XX, la tendencia en materia de codificación fue a promulgar códigos en varias ramas del derecho nacional.

De esta manera entraron en vigencia dos Códigos del Trabajo (Las materia laboral antes regulada por el Código Civil y el código de comercio.),
Se codifico el derecho tributario procesal y administrativo en  Código Tributario.
La sanidad regulo en el Código Sanitario, etcétera.
Una función análoga, aunque menor aunque no de tanta profundidad como un código, la han cumplido las llamadas "leyes de base" (por ejemplo, la Ley de Bases del Medio Ambiente, la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, etc.).

(iii).-De la evolución del derecho público.

Derecho constitucional.

En la historia de Chile han existido 10 textos constitucionales (1811, 1812, 1814, 1818, 1822, 1823,1828, 1833, 1925 y 1980) así como un proyecto de constitución federal en 1826 que no llegó a entrar en vigor.
Su elemento común ha sido la creación de un estado unitario, salvo el ensayo federal de 1826, con diversos grados de presidencialismo.
 Estas constituciones se pueden dividir según el periodo histórico en la cual fueron redactadas y por su elaboración y estructura interna.

La Patria Vieja.

1º.-El Reglamento para el Arreglo de la Autoridad Ejecutiva Provisoria de Chile de 1811 (19 artículos).

Redactada y aprobada por el Congreso Nacional el 11 de agosto de 1811. Derogada el 11 de noviembre de 1811 por el golpe de estado de José Miguel Carrera.
El texto fue aprobado bajo la presidencia de don Manuel Pérez Cotapos (Primer Congreso Nacional), el día 11 de agosto de 1811, y se ordenó guardar el día 14 del mismo mes.
El principal problema que se suscitó a raíz de su dictación fue la forma de nombramiento de los 3 miembros que conformarían el Poder Ejecutivo. Mientras que el bando exaltado del Congreso, que aunaba personalidades que anhelaban la total independencia de España, pretendía que el nombramiento se hiciese en base a las tres provincias del reyno (Coquimbo, Concepción y Santiago), la mayoría del Congreso (integrada por vecinos de Santiago) estimó que la elección debía hacerse con acuerdo de este órgano. Los miembros del bando exaltado, al ver que su propuesta no era aceptada, abandonan el Congreso, y no suscribe este Reglamento. Así las cosas, la autoridad provisoria queda conformada por
Se trata de un texto breve y de escasa técnica que constaba de 19 artículos en total:
Se establece que el Congreso debía prestar su consentimiento a la mayor parte de los actos de la Junta de Gobierno. Además le corresponde ejercer el vicepatronato real sobre la Iglesia, el control supremo sobre las armas y conducir las Relaciones Exteriores del reyno de Chile.
La Autoridad Ejecutiva Provisoria radica en 3 miembros elegidos por el Congreso, que se turnarían la presidencia por meses.
En el artículo 19 se consagra el carácter provisorio de este texto.

2º.-El Reglamento Constitucional Provisorio de 1812 (27 artículos).

 Redactado y promulgado por José Miguel Carrera el 27 de octubre de 1812.
Fue derogado el 6 de octubre de 1813.
Este texto plasma las ideas de los llamados "exaltados" liderados por Carrera y son el primer indicio de un movimiento emancipador, contrario a aquellos que creían en un gobierno provisional hasta la restauración monárquica. Al comienzo del texto se presenta una fuerte crítica al gobierno colonial:
Los desgraciados sucesos de la nación española [...] obligaron a sus provincias a precaverse de la general ruina a que las conducían las caducas autoridades emanadas del antiguo corrompido gobierno.
Chile, con igual derecho y necesidad mayor, imitó una conducta cuya prudencia ha manifestado el atroz abuso que han hecho en la Península y en la América los depositarios del poder y la confianza del soberano [...] Preámbulo.
En el artículo 3º se vuelve a referir a la fidelidad del país al reinado de Fernando VII de España, al expresar que "Su Rey es Fernando VII [...] A su nombre gobernará la Junta Superior Gubernativa establecida en la capital". 
Sin embargo, el artículo 5º establecía la supremacía de las autoridades nacionales y proclamaba que ningún otro estado extranjero podría interferir en los asuntos del país, lo que supone una encubierta declaración de independencia:
"Ningún decreto, providencia u orden, que emane de cualquier autoridad o tribunales de fuera del territorio de Chile, tendrá efecto alguno; y los que intentaren darles valor, serán castigados como reos del Estado".
Respecto a lo organización institucional, establecía una Junta Superior Gubernativa, que tendría a su cargo el gobierno interior y las relaciones con otros estados. Estaría compuesta de tres miembros, cuyo mandato era por tres años, renovándose uno al final de cada año. Dichos miembros se turnarían en la presidencia de la junta por cuatrimestres y, no podían ser reelegidos hasta pasados los tres años.
Contemplaba un Senado, como única cámara legislativa, compuesto de siete miembros: dos en representación de las provincias de Concepción y Coquimbo y tres a la de Santiago.

3º.-El Reglamento para el Gobierno Provisorio de 1814 (13 artículos) promulgado el 17 de marzo de 1814.

Crea el cargo de Director Supremo. Suspendida por la restauración española en octubre de 1814 que marca el fin de la Patria Vieja.
Sucesor del Reglamento Constitucional Provisorio de 1812.el reglamento de 1824 creaba un Ejecutivo unipersonal, con el nombre de Director Supremo, al cual se asignan amplias e ilimitadas atribuciones con el objeto de hacer frente el problema bélico existente. Asimismo, mantiene un Senado integrado por siete personas. Como Director Supremo, es nombrado el coronel Francisco de la Lastra, entonces gobernador de Valparaíso.
El Reglamento de 1814 fue suspendido con la restauración de la monarquía española en octubre de 1814, lo que marca el fin de la Patria Vieja.

Patria Nueva.

Después de la expulsión de los realistas y durante el Gobierno de O'Higgins se dictaron dos textos:

4º.-La Constitución Provisoria para el Estado de Chile de 1818 (143 artículos).

Elaborada por una comisión redactora, aprobada el 8 de agosto de 1818.
Previo a un plebiscito en que se consultó la voluntad nacional entre Copiapó y Cauquenes, Bernardo O’Higgins promulgó el 23 de octubre de 1818 la carta constitucional que reglamentaba en su título, los derechos y deberes del hombre en sociedad, la libertad, igualdad y derecho de propiedad, consagraba los principios sociales avanzados para la época desde el punto de vista político. Se consagra expresamente el principio de la soberanía nacional y del régimen representativo.

Las principales características de esta constitución son:

  • A).-El Poder Ejecutivo residía en el Director Supremo con múltiples poderes: dirigir la armada y el ejército, nombrar funcionarios públicos, manejar las arcas fiscales y las relaciones exteriores y dar cuenta al Senado de sus actos.
  • B).-El Legislativo residía en un Senado de 5 miembros y sus suplentes (nombrados todos por el Director Supremo) que debían fiscalizar al Ejecutivo.
  • C).-por lo que el poder judicial recaía en la Corte de Apelaciones y el Supremo Tribunal Judiciario.
Los poderes de Bernardo O’Higgins como Director Supremo, similares a los de un dictador, provocaron molestia en sus opositores, por lo que se formó una Asamblea Constituyente (1822) donde se reformó este texto constitucional y se creó uno nuevo.

5º.-La Constitución Política del Estado de Chile de 1822 (248 artículos)

 Redactada por el ministro de estado José Antonio Rodríguez Aldea. Promulgada el 30 de octubre de 1822.
Establece un Gobierno organizado sobre la base del régimen representativo, dividido en tres poderes independientes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El Poder Ejecutivo, a cargo del Director Supremo, elegido por el Congreso en sesión plena por la mayoría de los dos tercios de sus miembros; duraba seis años en el mando, con facultad de ser reelegido por cuatro años más.
El Congreso estaba formado por la Cámara de Senadores y la de Diputados.
El Poder Judicial, residía en los Tribunales de Justicia, estructurados jerárquicamente y encargados en forma exclusiva de la potestad de aplicar sus leyes.
Recoge principios generales de Derecho Público. Hay un reconocimiento a las libertades individuales y se regula el tema de la nacionalidad y de la ciudadanía, materias desconocidas en nuestras cartas fundamentales.

Período de ensayos constitucionales.

Tras la abdicación de O'Higgins se produce un periodo de años de aprendizaje político en el cual se ensayan diversas formas de ordenar la república. Los textos redactados fueron casi al momento de su vigencia inaplicables, siendo derogados rápidamente:

6º.-La Constitución Política y Permanente del Estado de Chile de 1823 (277 artículos) llamada también la constitución moralista, su principal redactor de Juan Egaña.

Discutida y aprobada por el Congreso General Constituyente electo en 1823, el 29 de diciembre. Derogada en 1824, durante el gobierno de Ramón Freire.
 Como primer acto de este Congreso destaca la designación de Ramón Freire como Director Supremo. Además, se creó una comisión para crear la Carta Fundamental. El 27 de diciembre de 1823 fue despachado el proyecto, redactado y propuesto íntegramente por Juan Egaña, y aprobado al día siguiente. Fue promulgada y jurada el 29 de diciembre de 1823.
El texto constó de 277 artículos y fue llamada la constitución moralista por sus características normativas que dirigían las actividades de los ciudadanos. Por esta razón y su difícil aplicación en la sociedad de aquella época, fue suspendida en julio de 1824 y declarada insubsistente en diciembre de 1824.
Esta Constitución constó de 277 artículos orientados a ordenar al país y la vida pública de los ciudadanos. Entre estas características destacan:

  • a).-Concepción de Chile como un estado unitario donde se fijan las fronteras del mismo.
  • b).-Designó al Catolicismo como religión oficial prohibiendo el culto de otras creencias.
  • c).-Consideró chilenos a todos los nacidos en Chile y a sus hijos nacidos en el exterior, y fijó las directrices para adquirir la nacionalidad.
  • d).-Consideró ciudadanos a hombres mayores de 25 años o 21 si eran casados, que supiesen escribir y leer y que tuvieran un bien inmueble.
  • e).-El poder Ejecutivo residía en el Director Supremo, que duraba 4 años en ejercicio. Le correspondía nombrar a los ministros de despacho;
  • f).-El poder Legislativo residía en un Senado Conservador y Legislador de 9 miembros con facultades fiscalizadoras electos por seis años.
  • g).-Instauraban el Consejo de Estado (compuesto por militares, civiles, religiosos y los ex Directores Supremos) que intervenía en los proyectos de ley y en las designaciones y remociones de funcionarios públicos.
  • h).-Se crea la Cámara Nacional, compuesta entre 50 y 200 consultores nacionales electos por 8 años y renovados por octavas partes. Se reunía en asamblea de forma momentánea y sólo por el propósito de su convocatoria. Le correspondía dirimir los conflictos entre los poderes del Estado como el veto suspensivo del Director Nacional o el Senado, aprobar o rechazar las declaraciones de guerra y de carácter financiero,
  • i).-El poder Judicial, denominación imitada de la Constitución de 1822, es estructurado y organizado de acuerdo al esquema que, sustancialmente, aún se mantiene.
  • j).-Creaba una Dirección de Economía Nacional, integrada por seis directores;
  • k).-Las elecciones del Director Supremo y Senado son efectuadas por sufragio indirecto bajo la modalidad de asambleas electorales convocadas para tal propósito;
  • m).-Establecía los deberes de los ciudadanos (lo que deben y no deben hacer).
7º.-Las Leyes Federales de 1826, mal llamadas colectivamente como la Constitución de 1826.

Discutidas y aprobadas por el Congreso General Constituyente de 1826 de mayoría federalista. Fueron iniciativa de José Miguel Infante, principal partidario de las ideas federales en la época. Se otorgaba amplia autonomía y dividía al país en 8 provincias sin definir límites claros. Lo cual produjo conflictos entre ellas. Fueron derogadas en 1827, durante el gobierno del presidente Francisco Antonio Pinto
A fines del gobierno del Director Supremo Ramón Freire, el 4 de julio de 1826, se reunió un Congreso con el fin de preparar una nueva Constitución. La mayoría de los miembros del Congreso eran partidarios de redactar un texto consitucional basado en los principios federales clásicos.
Luego de asumir el mando el Presidente Manuel Blanco Encalada, y mientras se comenzaban a organizar las labores necesarias para la redacción de la nueva carta, el 11 de julio del mismo año se aprobó un proyecto de ley que expresaba que:
 "La República de Chile se constituye por el sistema federal, cuya Constitución se presentará a los pueblos para su aceptación". 
Posteriormente se aprobaron otras leyes encaminadas a adelantar la federalización del país (de 26, 27 y 29 de julio y de 30 de agosto), que establecían la elección popular de gobernadores, cabildos y párrocos e implementaban Asambleas provinciales con carácter legislativo.
Las Leyes Federales de 1826 dividen el territorio nacional en Provincias. Para ellos se crean ocho provincias, a saber: Coquimbo (similar a la antigua provincia de Coquimbo), Aconcagua, Santiago, Colchagua (estas tres últimas derivadas de la antigua provincia de Santiago), Maule, Concepción, Valdivia y Chiloé (estas cuatro derivadas a la antigua provincia de Concepción).
El Congreso, mientras tanto, al preparar el proyecto de Constitución, si bien siguió los lineamientos federalistas, al momento de precisar la forma de Estado (federal o unitario) no logró adoptar ninguna decisión, suspendiendo sus sesiones en mayo de 1827 (aparentemente con el fin de consultar a las provincias su parercer al respecto).
Durante el receso del Congreso, se generó en el país un gran rechazo hacia el federalismo, debiendo dejarse sin efecto las medidas tomadas para el establecimiento de un sistema federal. Por ello en agosto de 1827, durante el gobierno de Francisco Antonio Pinto, se promulgó una ley que suspendió la aplicación de las leyes que habían instaurado el federalismo en Chile.

8º.-La Constitución Política de la República de Chile de 1828 (134 artículos).

Constitución liberal de 1828, ideólogo y principal redactor fue José Joaquín de Mora junto con Santiago Concha. Discutida, revisada y aprobada por el Congreso General Constituyente electo en 1828, el 8 de agosto. Este texto sirvió para las constituciones que le suceden al ser el modelo de redacción y organización del Estado.
El poder legislativo es ejercido por el Congreso Nacional que es bicameral Los miembros de la Cámara de Diputados son elegidos por voto directo a razón de uno por cada quince mil habitantes. Permanecen dos años en el cargo.
 El Senado, esta compuesto por miembros electos por las Asambleas provinciales a razón de dos senadores por provincia. Duran en sus cargos cuatro años siendo removidos por mitades. Cuando el Congreso esté en receso funcionará una Comisión Permanente integrada por un senador por cada provincia. La formación de las leyes corresponde a iniciativa de cualquiera de las dos cámaras o el Presidente de la República.
El poder ejecutivo está conformado por el Presidente y Vicepresidente de la República. Los cuales son elegidos por un sistema de electores en representación de las provincias (voto indirecto). Permanecen cinco años en el cargo, sin derecho a reelección inmediata, salvo después de un periodo de 5 años. El Presidente tiene atribuciones para nombrar y remover a los ministros de Estado, puede emitir vetos suspensivos a los acuerdos del Congreso y, ejercer el derecho de patronato de la Iglesia Católica en Chile.
 Además puede celebrar tratados internacionales, Concordatos y declarar la guerra todos con previo acuerdo del Congreso.
El poder judicial está radicado en la Corte Suprema, Cortes de Apelación y juzgados de primera instancia. Los integrantes de la Corte Suprema, que son 5 ministros y un fiscal, son designados por el Congreso en sesión conjunta de ambas cámaras. Los integrantes de las cortes de apelaciones son designados por el Presidente a proposición de la Corte Suprema.

La República Portaliana.

La Constitución Política de la República de Chile de 1833 (168 artículos, con 7 disposiciones transitorias), reformada en 1871, 1873, 1874, 1882, 1888, 1891, 1892 y 1893.

 Discutida y aprobada por la Gran Convención de 1830 cuya misión inicial era reformar la de 1828. Su ideólogo sería Diego Portales, redactada por Mariano Egaña y Manuel Gandarillas
Aprobada el 25 de mayo de 1833;
Esta Constitución fue discutida por la Gran Convención de 1830 cuya misión inicial era reformar la Constitución de 1828 y su texto fue aprobado el 25 de mayo de 1833.
En su elaboración se puso gran énfasis a las ideas de Diego Portales, tendiente a crear un orden fuerte y despersonalizado que garantizara el orden institucional de la República y mantuviera al país a salvo de las vicisitudes y desórdenes producidos antes. A estas ideas se sumaron las del bando conservador tendientes a proscribir las ideas liberales y establecer, según algunos, una suerte de "dictadura legal" que apoyara tales afanes.
La Constitución de 1833 establecía una República Presidencial donde el poder supremo lo tenía un Presidente elegido por un colegio electoral cada 5 años. Tenía una amplia gama de poderes que le permitían intervenir en amplios temas, incluyendo el derecho de Patronato (nombrar dignidades eclesiásticas) y declarar el Estado de Sitio. Era apoyado por un Consejo de Estado que incluía a los Ministros del Despacho, a ciertas dignidades eclesiásticas y a miembros del Senado.
El poder legislativo estaba entregado a un Congreso Nacional bicameral, una de Senadores (elegida también por colegio electoral) y otra de Diputados (electa por votación directa). Pese a tener menos poder que el Presidente (quien podía vetar las leyes aprobadas por el Congreso), además de su función legislativa tenía facultades como la de confeccionar el Presupuesto de la Nación y establecer la movilización de las Fuerzas Armadas. Esto último dio paso a una interpretación política, sobre todo después de 1891, en que los ministros debían contar con el apoyo del congreso.
En cuanto al poder judicial, se establece la independencia de los tribunales frente a otros poderes del estado.
La Constitución establecía un sistema de voto o voto solo a los que pagaban un impuesto mínimo, donde los ciudadanos debían tener ciertos requisitos de sueldo o bien raíz para participar en la vida política del Estado. Asimismo, establecía una religión oficial, la católica, con prohibición de manifestación publica de otras. Finalmente, estableció un monopartidismo virtual del Partido Conservador, al entregar al poder ejecutivo el manejo de las elecciones que se mantuvo hasta 1861.
Esta Constitución mantuvo su vigencia, con algunas reformas, hasta 1925, cuando se aprobó un nuevo texto constitucional.

Reformas constitucionales:

Tras el fin de la República Conservadora, se fueron dando una serie de reformas que buscaron adaptar el texto a las ideas liberales que imperaban.
Así, se dieron varios cambios al texto constitucional:

  • 1).-1865: una ley interpretativa dispone una relativa libertad de cultos.
  • 2).-8 de agosto de 1871: se establece que el Presidente no puede ser reelegido para el período siguiente al que ejerce.
  • 3).-25 de septiembre de 1873: reduce el quórum de sesiones del Senado (de mayoría absoluta a un tercio de sus integrantes) y la Cámara de Diputados (de mayoría absoluta a un cuarto de sus integrantes)
  • 4).-13 de agosto de 1874: se consagran nuevos derechos fundamentales: de asociación y de reunión pacífica en lugar público sin permiso previo, presentar peticiones a la autoridad establecida y libertad de enseñanza. Se acorta el plazo de residencia para los extranjeros para adquirir la ciudadanía de 10 años a un año. Además, se establece que los senadores serán elegidos de forma directa y no por colegio electoral. Nuevas inhabilidades para ser electo diputado o senador. Nuevas atribuciones del Congreso Nacional, reforma del procedimiento de acusación constitucional y reforma del Consejo de Estado.
  • 5).-12 de enero de 1882: cambios en el procedimiento de reforma constitucional.
  • 6).-9 de agosto de 1888: se cambia el sistema de voto censitario (requisito de renta) por uno de voto universal masculino (saber leer y escribir). Supresión de los cargos de senador y diputado suplente.
  • 7).-12 de diciembre de 1891: modificación en la convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso Nacional;
  • 8).-9 de julio de 1892: Nuevas inhabilitaciones para ser electo diputado.
  • 9).-26 de junio de 1893: Modificación del procedimiento de veto presidencial.
  • 10).-Además, debe considerase una práctica que, si bien no fue incorporada a la constitución, fue importante para la vida cívica de esos años: la interpelación de los ministros por parte del Congreso.

Derecho penal.

España desde la promulgación de las Partidas hasta comienzo del siglo XIX, no promulgo leyes penales, ni dictaron  leyes penales.
Producida muestra emancipación política, la naciente republica, contaba El Fuero Juzgo, fuero Real y las Partidas como derecho penal.
El gobierno de la independencia de Chile, el primer momento se dictaron leyes especiales penales en diversas materias.

 Ejemplo:
  • 1813 libertad de prensa
  • 1817 pena de muerte y azote contra los ladrones según la cuantía de lo robado.
  • 1831 ley estableció las causas atenuantes o eximentes de los delitos.
  • 1828 ley abuso de libertad de prensa.

En la década del 70  promulgó leyes de responsabilidad civil daños y perjuicios procedimientos por motines, etc.
En el gobierno de Chile, se sintió la necesidad de contar un código penal, en década del 40, se iniciaron los trabajos codificación pero fracasaron.
En década 50 se sintió nuevamente codificación penal, pero no logro terminar el proyecto de código.
En año 1870 nombró una comisión redactatora presidida por Francisco Pacheco, el proyecto fue presentado al congreso y promulgado en 1874. Entrando vigencia el 1 de enero de  1875.
Código penal tiene tres libros:
  • Primer libro: De los delitos.
  • Segundo libro: De los crímenes y simples delitos.
  • Tercer libro: De las Faltas.
Este código tiene fuerte influencia del código penal.

Derecho procesal.

1º.-Derecho procesal Orgánico.

Desde la independencia de Chile, los gobernantes debieron preocuparse de reorganizar por completo la institucionalidad política, adaptándola a las necesidades y principios propios de un Estado republicano, y esto conllevó la renovación del Poder Judicial. El órgano superior de administración de justicia era la Real Audiencia, que en Chile fue suprimida en 1811.
 La Constitución de 1818, y posteriormente las de 1823 y 1828, sentaron las bases para la organización de un Poder Judicial, estableciendo un tribunal supremo y cámaras de apelaciones, núcleo de lo que después será la Corte Suprema de Chile y las Cortes de Apelaciones, respectivamente.
Sin embargo, no hubo una ley que rigiera de manera sistemática y ordenada la institucionalidad de los tribunales de justicia en Chile, sino hasta el año 1875. El 15 de octubre de dicho año, fue promulgada la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales, y que entró en vigencia el 1 de marzo de 1876.
Este se basó preferentemente en la obra del jurista Francisco Vargas Fontecilla, quien, comisionado por el Gobierno de don José Joaquín Pérez, publicó en 1864 un "Proyecto de Lei de Organización i Atribuciones de los Tribunales". Sobre este proyecto trabajaron dos comisiones, entre 1864 y 1869, y entre 1869 y 1874, para llevar a cabo el proyecto definitivo, y en el cual tuvo un peso importante el jurista José Bernardo Lira.
La comisión de 1864 estuvo integrada por Alejandro Reyes, José Valenzuela, Julián Riesco, Francisco Vargas Fontecilla, José Victorino Lastarria, Domingo Santa María y don Cosme Campiño, siendo secretario Manuel Amunátegui; también participaron Gabriel Ocampo, Gregorio Amunátegui, José Bernales, Jorge Huneeus, Marcial Martínez, Francisco Ugarte, Vicente Sanfuentes y el ya mencionado José Bernardo Lira.
Existe una continuidad de materias que va desde el proyecto de Francisco Vargas, pasando por la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales, hasta desembocar en el moderno Código Orgánico de Tribunales, que permite concluir que este último cuerpo legislativo sigue en líneas generales las ideas propuestas por el proyecto de Francisco Vargas Fontecilla.
El actual Código Orgánico de Tribunales es una verdadera refundición de la Ley de 1875. Para ello, el Presidente Juan Antonio Ríos comisionó a la Universidad de Chile, en el año 1942, para que estudiara una reforma a la ley de 1875.
La Universidad designó entonces a una comisión para el trabajo, integrada por Fernando Alessandri, Humberto Trueco, Darío Benavente, Manuel Urrutia Salas, Alberto Echavarría, Jaime Galté, Luís Varas Gómez y Víctor García Garzena. El Secretario de Comisión fue el por entonces ayudante del Seminario de Derecho Privado de esta Facultad, Patricio Aylwin Azocar, quien, cerca de medio siglo después, llegaría a ser Presidente de Chile (1990-1994).
Según informe de Arturo Alessandri Rodríguez al Presidente Ríos, se utilizaron como base los siguientes anteproyectos:

  • 1).-Uno general de Fernando Alessandri, basado fuertemente en la obra "La Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales, de 15 de octubre de 1875, las disposiciones que la modifican y complementan", de Luís Varas Gómez y Víctor García Garzena.
  • 2).-Uno específico sobre las Cortes de Apelaciones, preparado por el mencionado Víctor García Garzena.
  • 3).-Uno específico sobre los árbitros, preparado por Patricio Aylwin.

El proyecto fue finalmente promulgado por el entonces Presidente Juan Antonio Ríos, el 15 de junio de 1943.

Fuentes del Código Orgánico de Tribunales.

Debido a que el Código Orgánico de Tribunales es, en esencia, un refundido de la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales, de 1875, clasificaremos las fuentes en dos grupos, aquellas que sirvieron de base para la ley de 1875, y las que fueron usadas para complementaria y difundirla en 1943:

  • 1).-Fuentes de la Ley de 1875:
  • 2).-Leyes de organización y atribuciones de tribunales de la época colonial y los primeros tiempos republicanos.
  • 3).-"Esprit, origine et progrès del institutions judiciaires desde principaux pays de l'Europe", obra de J.D. Meyer.
  • 4).-"Tratado de las leyes de la organización judicial y de la competencia de las jurisdicciones civiles, explicadas por los principios de la teoría, por las doctrinas de los publicistas y por las decisiones de las cortes soberanas", de G.L.J. Carré
  • 5).-"Tratado de la acción pública y de la acción civil resultantes de los crímenes, delitos y contravenciones", de Faustín Hélie.
  • 6).-"Répertoire Universel et Raisonné de Jurisprudence", de Ph. A. Merlín.
  • 7).-"Jurisprudence Générale. Répertoire Méthodique et Alphabétique de Législation, de Doctrine et de Jurisprudence", de D. Dalloz.
  • 8).-Fuentes usadas para refundir la Ley de 1875, en el Código de 1943;
"La Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales, de 15 de octubre de 1875, las disposiciones que la modifican y complementan", de Luis Varas Gómez y Víctor García Garzena.

2º.-Derecho procesal funcional.

Derecho administrativo.

El primer esbozo de código o estatuto administrativo, fue el plan de hacienda y administrativo de 1827.
Ordenanzas de intendentes de Borbones, todavía estaban vigente en el año 1821, don Bernardo  O”Higgins, para regular las funciones administrativas y judiciales de los Intendentes, dicto reglamentos adicionales.
Las leyes federales de 1826, el país en 8 provincias, cada una con una asamblea provincial y un intendente elegido.
La carta 1833, el presidente Bulnes en año 1844 derogo las ordenanzas españolas de intendentes y promulgo la ley régimen interior, que duro hasta el año 1885.
La ley de Bulnes estableció las atribuciones que haban a tener los intendentes, gobernadores, sub.-delegado y los inspectores.
El presidente Santa Maria reformo la ley de régimen interior, que restringió bastante poder de los intendentes y gobernadores.

(iv).-Evolución del derecho privado.

La disolución de los mayorazgos.

La discusión sobre la abolición de los mayorazgos y vinculaciones fue intensa durante la primera mitad del siglo XIX. En 1818 Bernardo O’Higgins realizó un intento fallido de abolirlos, situación que se repitió en 1823, 1825, 1827 y 1828 con los sucesivos gobiernos. Aunque la constitución aprobada en esa fecha declaró abolidos los mayorazgos, el triunfo conservador del año siguiente los volvió a restablecer.
La constitución de 1833 permitió la libre enajenación de los bienes, a condición de que se aseguraran a los herederos el valor de lo enajenado. Sin embargo, sólo en 1852 se declararon abolidos los mayorazgos, reglamentándose el procedimiento por medio del cual se verificarían las ex-vinculaciones. 
En 1857 una nueva ley confirmó la extinción de las vinculaciones, cuyas propiedades pasaron a regirse por el nuevo Código Civil.



ANEXO



Biografías.



José Miguel Carrera.



Carrera, José Miguel. Santiago de Chile, 15.X.1785 – Mendoza (Argentina), 4.IX.1821. Militar, indepen­dentista.

Biografía

Era hijo del coronel de Milicias Reales Ignacio de la Carrera y Cuevas, y de Francisca de Paula Verdugo Fernández de Valdivieso y Herrera. Estaba, por tradi­ción familiar, predestinado a la carrera de las armas. Hizo sus primeros estudios en el Convictorio Caro­lino, lugar que en gran medida iba a marcar su per­sonalidad.

Tal como se lo había propuesto, a los nueve años ingresó como cadete en el Regimiento de Caballe­ría del Príncipe, alcanzó en 1797 el grado de alfé­rez y en 1805 el de teniente. Tuvo formación militar luchando por la causa española durante las guerras contra Napoleón, donde se distinguió, pero regresó a Chile en 1811, y se adentró en los asuntos políticos.

Con tan sólo veinticinco años, cambió en gran me­dida la orientación del proceso independentista chi­leno que se estaba fraguando desde hacía años y que acababa de comenzar ya decisivamente. Hasta el mo­mento habían predominado los moderados, cuya idea era más bien obtener grados de autonomía dentro del Imperio español, sin llegar a la independencia plena; sin embargo, él aspiraba a dar el salto definitivo a la independencia.

Se hizo con las riendas del proceso independentista chileno, llegando a asumir parcialmente la Constitu­ción española de 1812, aunque sin injerencias del ex­terior. Reconoció a Fernando VII como rey, pero de­claró nula cualquier orden o disposición proveniente de fuera del territorio de la república. También publicó la Aurora de Chile, cuyo editor era fray Ca­milo Henríquez, primer periódico chileno, en el que se proclamaron los ideales independentistas, y fundó el Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional.

En marzo de 1813 desembarcaron las tropas de ex­pedición enviadas por el virreinato del Perú, a cargo del brigadier Antonio Pareja, con el objetivo de sofo­car la emancipación de Chile. Carrera asumió como general en jefe del Ejército y combatió en Yerbas Buenas, San Carlos, Talcahuano. Luego de la llegada de las tropas de Gabino Gainza, Carrera puso en sitio la ciudad de Chillán, de la que se tuvo que retirar por no contar con los medios suficientemente adecuados. A principios de 1814 le sucedió en el mando del Ejér­cito el brigadier Bernardo O’Higgins, victorioso en las batallas de El Roble, Quilo y Membrillar, y una vez entregado el mando en Concepción, al dirigirse a Santiago fue hecho prisionero por los españoles, aun­que logró escaparse con gran arrojo y valentía.

En medio de una vorágine de acontecimientos, el 23 de julio de 1814 protagonizó una revuelta para des­tituir al director supremo, Francisco de la Lastra de la Sotta, asumiendo él mismo el cargo. Desconocido como director supremo, su hermano Luis enfrentó a O’Higgins en el combate de Las Tres Acequias y lo derrotó con una hábil estratagema defensiva. El des­embarco del brigadier Mariano Osorio, enviado por el virrey de Perú para sofocar nuevamente la inde­pendencia de Chile, los obligó a unir fuerzas, pero la falta de materiales de guerra y la celeridad de Osorio desembocaron en el desastre de Rancagua, donde fue­ron batidas las fuerzas independentistas encabezadas por O’Higgins. Carrera y sus hermanos emigraron a Mendoza, junto a muchas familias de Santiago, lle­gando a Argentina.

Mientras O’Higgins obtenía apoyo en José de San Martín, los hermanos Carrera se vieron abandonados a su suerte José Miguel y Juan José fueron enviados a Buenos Aires, donde los esperaba Luis, quien en ese tiempo estaba en la cárcel por haber matado en duelo a Juan Mackena, miembro de la Logia Lautarina.

Sin embargo, a su llegada a Buenos Aires, José Mi­guel Carrera se encontró con Carlos María Alvear, amigo suyo desde los tiempos de Cádiz, victorioso general argentino y que en ése momento era el gran orgullo de todo Buenos Aires. Los dos generales estrecharon nuevamente su amistad, y aunque Alvear era miembro de la Logia Lautarina, no confiaba en San Martin, y gracias a esta amistad, Carrera consiguió la liberación de su hermano Luis. Poco después, Alvear tomó el poder, con lo que Carrera dio un paso deci­sivo para la liberación de Chile.

Sin más apoyos ni recursos en Argentina, Carrera decidió apelar a sus conocidos en Estados Unidos, principalmente Poinsett, quien había sido amigo suyo cuando él era director supremo. Así fue como se embarco a bordo del Expedition hacia los Estados Unidos. Logró entrevistarse con el presidente estadounidense James Madison, pero éste se excusó de no poder hacer nada por la liberación de América del Sur, ya que en aquel tiempo Estados Unidos se en­contraba en negociaciones de la compra de la Florida a España.

No obstante, cuando se hubo trasladado a Nueva York, logró relacionarse con varios militares europeos de importancia, quienes lo aconsejaron respecto a cómo debía proceder y hasta logró entrar a la logia estadounidense San Juan de Jerusalén número 1, lo cual le sirvió para lograr contactos que le serían vi­tales en su misión. No pocos norteamericanos fue­ron deslumbrados por Carrera y lo ayudaron, tanto económicamente como prestándose a servir al lado del general, ya que resultaba ser muy convincente y digno de admiración. Logró al cabo de un año conse­guir cuatro barcos, armamento y soldados en pro de la liberación de Chile.

Al regresar a Argentina, los barcos que llevaba fue­ron confiscados por el director supremo de Las Pro­vincias Unidas del Plata, Juan Martín de Pueyrredon, y Carrera fue puesto nuevamente en la cárcel. Tras la batalla de Chacabuco, O’Higgins fue nombrado director supremo en Chile, como ya había sido pla­neado por la Logia Lautarina, y su gobierno fue no­torio tanto por depender directamente de la Logia como por su carácter totalitario; durante el mandato de O’higgins se reprimió a todo aquel que fuera con­trario a su gobierno y a la Logia, principalmente a los carreristas.

Una vez hubo salido de prisión, y ya en Montevi­deo, recibió la noticia del asesinato de sus hermanos a manos del gobernador Toribio Luziriaga y por Ber­nardo de Monteagudo (8 de abril de 1818), efectuado en Mendoza justo después de la batalla de Maipú, que selló el triunfo independentista. A pesar de que San Martín indulto tardíamente y sin real fuerza a los hermanos Carrera, fue Monteagudo quien hizo oídos sordos y ordenó la ejecución. Poco después de esto, Manuel Rodríguez, quien había creado un cuerpo de caballería de doscientos hombres, compuesto princi­palmente por carreristas, Los Húsares de la Muerte, al saber la noticia de la ejecución de los hermanos Carrera, entró en el palacio del gobierno chileno exi­giendo justicia y la abdicación de O’Higgins. Sin em­bargo, fue tomado prisionero, se le siguió juicio al igual que los hermanos Carrera, fue ejecutado en Til-Til el 26 de mayo de 1818 por orden de Bernardo O’Higgins.

En 1819, un enfurecido Carrera juró venganza por la muerte de sus hermanos, por la muerte de Rodrí­guez y por todas las penurias que había tenido que soportar su familia. Desde Montevideo mandó pan­fletos a Buenos Aires y a las Provincias Unidas, que propiciaban el estado federativo y denunciaban los in­tentos de José de San Martín y Juan Martín de Puey­rredón de establecer una monarquía. Mientras tanto, en Chile, Ignacio de la Carrera, ya muy debilitado, era hostigado por O’Higgins, primero obligándole a pagar la deuda que contrajo José Miguel en Estados Unidos para armar su flota, no importando que hu­biera sido requisada por Argentina, y después forzán­dole a pagar los gastos de la ejecución de sus hijos Juan José y Luis.

Esto no hizo más que enfurecer aun más a Carrera, quien siguió publicando sus textos incendiarios con­trarios a la voluntad de la Logia, entre ellos su Yo acuso. Frente a esto, Isarri creó la gaceta El Duende, mientras que en las Provincias Unidas del Plata se publicaba la Gaceta de Buenos Aires, dirigida por Julián Álvarez, en ambas se desprestigiaba a Carrera. Debido a la fuerte influencia del gobierno argentino sobre la Corte Real de Río de Janeiro, Carrera tuvo que abandonar Montevideo. Así, partió rumbo a Argen­tina, para alentar el enfrentamiento entre unitarios y federalistas. Formando alianza con Francisco Ramí­rez, de Entre Ríos, y Estanislao López, de Santa Fe, planificaron el ataque contra los unitarios y triunfa­ron en la batalla de la Cañada de Cepeda, el 1 de fe­brero de 1820. Carrera atacó cuatro veces distintas Buenos Aires, tomándola dos veces, de las cuales en la segunda le fue ofrecido el cargo de director supremo, que Carrera rechazó, dejando en el puesto a Manuel Sarratea.

Carrera quedó prácticamente solo, por lo que formó una montonera con soldados chilenos que lo acom­pañaban y varios indígenas, para internarse en las pampas con la esperanza de poder cruzar la cordillera hacia Chile. Fue paulatinamente ganando adeptos entre los indios, quienes llegaron a nombrarle Pichi-Rey. El 30 de agosto de 1821 fue derrotado en Punta del Médano por las fuerzas del coronel José Albino Gutiérrez. Pese que intentó replegarse a Jocolí con sus tropas, fue traicionado por el comandante cor­dobés Manuel Arias que, junto con oficiales argen­tinos de su ejército, lo entregó a las autoridades en Mendoza. Enjuiciado y condenado a muerte, fue fu­silado cerca del mediodía del 4 de septiembre, en la plaza de Mendoza. Antes de morir, Carrera pidió ser él mismo quien diera la orden de fuego, pero esto le fue negado.

Tras su muerte, su cuerpo fue completamente mu­tilado, y su cabeza se exhibió en una jaula a las afueras del cabildo, mientras que su brazo derecho colgaba en la bifurcación de los caminos de San Juan y San Luis. El resto de su cuerpo fue arrojado en la hue­sera abierta bajo el pórtico del claustro de La Caridad, junto con los restos de sus hermanos.

Como una expiación por lo sucedido, el Gobierno de Chile hizo grabar sobre su tumba, ubicada en la catedral metropolitana de Santiago cripta de los Her­manos Carrera en la catedral metropolitana de San­tiago: “La patria a los Carrera, agradecida de sus ser­vicios y compadecida de sus desgracias”.

Actualmente, el Ejército ha reconocido a José Mi­guel Carrera como su primer comandante en jefe, y en el último traspaso de mando del general Cheyre al general Izurieta se ha iniciado la tradición de entre­garle la espada del general Carrera al nuevo general.

Bibliografía

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Armas del linaje Carrera, en Chile. Descritas en el Nobiliario de la Antigua Capitanía General de Chile de Juan Luis Espejo.

La familia de Carrera es una familia aristocrática chilena originaria de la localidad de Alegría de Oria en el País Vasco, España, radicada en Chile desde el siglo XVII, que tuvo una destacada participación pública durante el siglo XIX, principalmente durante la independencia de su país. Es considerada una de las estirpes más influyentes de Chile. Su fundador y genearca fue Juan Ignacio de la Carrera Yturgoyen (1620-1682), quien se radicó en Chile en 1639; se casó en 1655 con Catalina de Elguea y Cáceres, tataranieta de Diego García de Cáceres, con quien tuvo diez hijos. Además, tuvo otros tres hijos naturales antes de casarse.

De oro, con dos bueyes de gules, uncidos a un arado. El jefe, de azur, con tres estrellas de oro puestas en faja.



                        Bernardo O'Higgins Riquelme.



Retrato de O'Higgins en Londres (1798).

O’Higgins, Bernardo. Chillán (Chile), 20.VIII.1778 – Lima (Perú), 24.X.1842. Revolucionario y libertador de Chile.


Biografía

Aunque irlandés de origen, cuando nació ya era español de pleno derecho, pues su padre, Ambrosio O’Higgins, tenía por aquel entonces una dilatada carrera al servicio de España como militar y posteriormente virrey del Perú, lo que le valdría el título de marqués de Osorno. La primera infancia de Bernardo O’Higgins transcurrió en el Colegio de las Misiones de Chillán, al cargo de los franciscanos, aprovechando que en aquel momento su padre era gobernador de Chile. Posteriormente se trasladó al Colegio de San Carlos, de Lima, donde continuó su formación antes de partir a España en 1791. Inmediatamente, y siguiendo los deseos de su familia, se le trasladó a Inglaterra, donde fue matriculado en la Academia de Richmond, en Londres, sede donde concurrían los jóvenes aristócratas ingleses.

En Londres tuvo sus primeros contactos con personajes importantes como Francisco Miranda, maestro de sus primeras ideas políticas y antiguo discípulo de Jorge Washington; el duque de Portland, ministro de Asuntos Exteriores británico, o Rufus King, plenipotenciario de los Estados Unidos de Norteamérica. Aunque aprendió mucho de estos contactos, su situación económica era muy mala, lo que le obligó a partir rumbo a España en 1799. Una vez llegado a Cádiz trató infructuosamente de ingresar en el Ejército, por lo que decidió regresar a Chile. El 3 de abril de 1800 se embarcó definitivamente en la fragata Confianza rumbo a América, aunque apenas había recorrido unas millas, cuando fue apresada por los ingleses, a la sazón en guerra con España, y conducida a Gibraltar, donde Bernardo fue despojado de sus pocas pertenencias.

Auxiliado por Nicolás de la Cruz, amigo de la familia, estuvo a punto de morir de la fiebre amarilla que asoló Cádiz durante buena parte de 1800 y 1801. Fue en este último año cuando recibió la noticia de América de que su padre, ya virrey del Perú, le había acusado de sedicioso y conspirador. Sin embargo, apenas pudo defenderse Bernardo cuando recibió la noticia del fallecimiento de su padre, justo después de haber sido destituido de su cargo, aunque le dejaba una suculenta herencia que le permitió afrontar sus carencias de dinero y partir definitivamente a América.

Después de un accidentado viaje en el que estuvo a punto de perecer en el cabo de Hornos, llegó finalmente a Valparaíso a bordo de la fragata Aurora en septiembre de 1802. Pasó los siguientes, meses solucionando los asuntos de la herencia, de la que tuvo pleno uso un año más tarde. Trabó inmediata relación con los futuros insurgentes Juan Martínez Rozas, Joaquín Larrain o Eyzaguirre, con quienes compartía las mismas ideas políticas basadas, en última instancia, en la emancipación de España. Los excelentes lazos de su familia con la elite local le llevaron a ocupar un primer puesto político en 1805, como alcalde de Chillán. Realizó diferentes viajes a la ciudad de Concepción a entrevistarse con Martínez Rozas, antiguo asesor político de su padre, quien tenía una mal disimulada animadversión contra los españoles desde que éstos le despojaran de sus cargos años antes.

En 1808, a la muerte del gobernador de Chile, se produjo una dura pugna por ocupar su cargo, lucha en la que estuvo envuelto indirectamente al mostrar su apoyo a Martínez Rozas, quien consiguió el nombramiento del brigadier García Carrasco como gobernador en espera de poder recibir adecuadas compensaciones a cambio de su ayuda jurídica. Fue en este preciso momento cuando España fue invadida por los franceses y el rey Fernando VII depuesto, lo que hizo difícil la posición de liberales encubiertos, como Bernardo, que temieron que el regreso del rey español al Trono trajera el absolutismo nuevamente. Pese a que era conocido por sus ideas liberales y emancipadoras, nunca fue detenido, como él mismo llegó a temer. En cambio, en 1810 fue nombrado subdelegado del partido de La Laja, el cargo más ínfimo de la intendencia, pero que le ayudaría a ejecutar sus planes con mayor tranquilidad.

El 25 de mayo de 1810 el Cabildo de Buenos Aires depuso al virrey Baltasar Hidalgo y dio comienzo a un proceso irrefrenable en toda América del Sur tendente a la emancipación. En julio el propio García Carrasco fue depuesto, lo que inició formalmente el proceso revolucionario en Chile. En septiembre el Cabildo de Santiago de Chile se hizo con el control completo de la situación, algo que aprovechó Bernardo para poner en práctica su modelo revolucionario en Concepción, reclutando gente del pueblo para oponerse a los realistas. Aunque fue nombrado segundo comandante del Regimiento de milicias que él mismo había reclutado en La Laja, su triunfo en esta primera etapa vino especialmente de su posición política en la región, que ganó muchos enteros gracias a su formación inglesa, que todos admiraban efusivamente.

El 21 de febrero de 1811 se proclamó formalmente la libertad de comercio, algo que Bernardo consideraba fundamental para el desarrollo de Chile. Aunque tenía una notable influencia en la Junta de Gobierno formada inmediatamente, y en la que estaba también Martínez Rozas, pronto las luchas internas de los sublevados estuvieron a punto de dar al traste con el movimiento emancipador. José Miguel Carrera, militar de carrera y chileno como Bernardo, regresó desde España nada más tener constancia de la sublevación y gracias a su autoritarismo pronto se enfrentó con él por el control de la situación. En septiembre Carrera se llegó a proclamar dictador.

La llegada en 1813 de una fuerte expedición realista desde España supuso una auténtica prueba de fuego para Bernardo. Ascendido a coronel, se hizo cargo personalmente de la situación, enfrentándose con pocos hombres y medios a las tropas realistas a las que logró, sin embargo, vencer. Esta victoria, en la que puso en juego no sólo su vida sino sus bienes al servicio de la causa chilena, le valió su cota más alta de prestigio militar y sirvió, además, para hacer que Carrera se viera obligado a abandonar la Junta en febrero de 1814, ocupando el puesto de máxima responsabilidad política y militar de los sublevados.

En mayo de 1814 firmó el Tratado de Lircay en el que estamparon su firma el realista Gainza y el plenipotenciario chileno Juan Mackena. Los españoles, sin embargo, no cumplieron el tratado e inmediatamente planearon volver a las operaciones militares. Carrera, por su parte, se enfrentó nuevamente a Bernardo y, erigido en dictador, desterró a Argentina a Mackena. Bernardo, aún con el mando supremo del Ejército, se negó a reconocer el golpe de Carrera y marchó sobre Santiago para deponerlo, aunque sorpresivamente fue derrotado, lo que le obligó a aceptar las condiciones de Carrera, que no eran otras que dejarle el mando supremo del Ejército. En septiembre de 1814 el Ejército chileno, en el que Bernardo dirigía una división, sufrió una importante derrota frente a los realistas en Rancagua, cerca de Santiago.

Después de este contratiempo decidió unirse al Ejército argentino de San Martín y, poniéndose bajo sus órdenes, se planeó el asalto a Chile y luego a Perú. La expedición partió de Mendoza en enero de 1817 con el general Soler, en calidad de segundo comandante, mandando la vanguardia, Bernardo el centro y San Martín la caballería a retaguardia. Pese a la inferioridad numérica, Bernardo consiguió una importante victoria sobre los realistas en Chacabuco, lo que le permitió dirigir y controlar nuevamente la Junta instaurada en la recién liberada Santiago. Posteriormente conquistó Concepción en julio de 1817. El Ejército fue replegado entonces en marzo de 1818 a Talca, donde proclamó la independencia de Chile.

En agosto de 1818 se supo que un importante convoy militar que partió de España estaba a punto de llegar a apoyar al general realista Osorio. Bernardo aprontó un par de buques y emprendió la expedición al Callao para, una vez tomado, cercenar definitivamente cualquier intento español de recuperar los territorios perdidos en Suramérica. En octubre, después de un intenso aunque corto combate naval, se adueñó de la plaza, con lo que se evaporaba la última posibilidad realista de emprender una reconquista de Chile.

O’Higgins realizó una amplia labor gubernativa actuando en realidad como un dictador paternal, ayudando a establecer la libertad de prensa gracias a su iniciativa en el Senado; restauró el centro de enseñanza nacional e inauguró las primeras escuelas del sistema lancasteriano. Inspiró también la apertura de un jardín botánico y un museo en la capital, organizó la policía de seguridad e implantó el código sanitario. La formación del Estado chileno con una estructura moderna fue, sin embargo, el fin de su carrera política, ya que con la aprobación de la Constitución en 1822 se vio obligado a retirarse de la vida pública, exiliándose en Lima en 1826. La revolución interior que acabó con el poder de O’Higgins se fraguó en parte gracias a las calamidades del pueblo que se vieron incrementadas con el terremoto que asoló Valparaíso en noviembre de 1822. Como hubo gastado la mayor parte de su fortuna personal en el proceso revolucionario, se encontró ahora en una situación económica bastante pobre. Gracias a la intermediación de su amigo San Martín, pudo disfrutar de unas tierras en la hacienda de Montalbán, cerca de Lima, con la que se ayudó a sobrevivir.

En 1842, a propuesta del Gobierno chileno, le fue reconocido el derecho a gozar de una pensión en cualquier parte del territorio nacional en que viviera, pero, justo cuando iba a regresar a su tierra, murió en Lima el 24 de octubre de 1842.

Fue enterrado con mucha modestia en el Cementerio Central, aunque un mes más tarde se le homenajeó con unas grandes exequias. El Gobierno chileno, dirigido por el general Bulnes, decretó ocho días de luto oficial. En 1864 se presentó un proyecto para trasladar sus restos mortales a Chile. La repatriación se produjo en 1868, llegando sus restos con grandes honores a Santiago de Chile el 13 de enero de 1869, donde se le enterró en el Cementerio General en un grandioso mausoleo. El 19 de mayo de 1872 quedó inaugurada una estatua ecuestre de O’Higgins en el centro de la capital.

Fuentes

Archivo General de Indias (Sevilla), Estado, 103, n. 102; Diversos, 5, a. 1817, r. 1.

Bibliografía

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Ambrosio O'Higgins



O’Higgins, Ambrosio. Barón de Ballenary (I), marqués de Osorno (I). Ballenary, diócesis de Elphin, condado de Connaught (Irlanda), 1721‒ Lima (Perú), 18.III.1801. Capitán general de Chile y trigésimosexto virrey de Perú.

Biografía

Hijo de Charles Higgins de Ballenary Breham, descendiente de las casas de O’Neil y O’Connor, y de Margaret Higgins de Longanrouh O’Fallon. Aunque sus inicios en la historia de Hispanoamérica son oscuros, se sabe que pasó a España cuando era adolescente, llamado por un tío carnal que era sacerdote de la Compañía de Jesús y que residía en Cádiz. Allí, en el Colegio de los ignacianos, se abocó al estudio de las Humanidades con el fin de consagrarse al sacerdocio, pero no por vocación sincera, y pronto cambió la vida religiosa por el ejercicio del comercio.

En 1756, viajó a Buenos Aires, para dirigirse luego a Chile y, cuatro años después, retornó a Cádiz, donde solicitó su cédula de naturaleza, que lo convertía en súbdito de Su Majestad Católica, en atención a no haber trabado vínculo notable con la nación inglesa. En enero de 1763 partió hacia la Capitanía General de Chile para cooperar con su amigo y coterráneo, el ingeniero y delineador Juan Garland, en el estudio del traslado de la ciudad de Concepción. Concluida la investigación, regresó a la Península Ibérica en 1766.

En 1769 se le vio por tercera vez en tierras chilenas, donde se le encomendó la habilitación de casas en la cordillera, entre Santiago y Mendoza, con la finalidad de que los correos pudiesen trasladarse sin dificultades. Fue entonces cuando recibió el nombramiento de capitán de Dragones y se le confió la misión de desalojar a los indios pehuenches de la cordillera de Arauco, lo que cumplió con éxito. A fin de cumplir su objetivo, emprendió la construcción de un fuerte para la lucha contra los indígenas y, en medio de las obras, fue sorprendido por un ataque de nativos, el que pudo resistir con sus soldados. Ello sucedió en la mañana del 18 de enero de ese año. La proeza le valió el aprecio personal y el apoyo de Francisco Javier de Morales y Castejón, entonces capitán general de Chile.

En 1773, viajó a Lima, donde el virrey Manuel de Amat y Junient lo ascendió, por recomendación del gobernador Morales, a teniente coronel por su buen desempeño en el control de los aborígenes y en el conocimiento del territorio austral, y lo nombró comandante de la Caballería de la Frontera de Chile.

De regreso a Concepción, el nuevo capitán general Agustín de Jáuregui y Aldecoa le encomendó su participación en el parlamento de caciques que se celebró en Tapihue, entre el 26 de octubre y el 24 de diciembre de 1774, y en el que los líderes indígenas suscribieron la paz con las autoridades españolas.

Dos años después, gracias a sus esfuerzos por proteger la paz de la Capitanía General, fue ascendido a maestre de campo. Por esos años, consecuencia de una unión de hecho con Isabel Riquelme de la Barrera, nacida de Chillán, fue padre de Bernardo O’Higgins y Riquelme, nacido en la misma urbe de su madre el 20 de agosto de 1778, quien sería prócer de la Independencia de Chile y el primer presidente de su país. Se sabe que, siendo hijo natural, figuró inicialmente como “Bernardo Riquelme” y que, cuando era adolescente, abandonó su patria para educarse en España e Inglaterra y, tras conocer en Londres al precursor venezolano Francisco de Miranda, se aficionó a las ideas libertarias, lo que a largo plazo traería consecuencias negativas para su progenitor cuando aquél se vio implicado en conspiraciones contra la Corona.

En 1783, fue premiado con el rango de brigadier y, después de haber ganado fama como experimentado jefe militar de Concepción, fue nombrado, en 1786, gobernador intendente de esa jurisdicción, que abarcaba desde el río Maule hasta la frontera con la Araucanía, y reunía a los partidos de Cauquenes, Chillán, Itata, Puchacay, Rere y La Laja.

A la muerte del gobernador y capitán general de Chile, Ambrosio de Benavides y Medina, en abril de 1787, Carlos IV decidió confiarle esta magistratura el 21 de noviembre de ese año. La noticia de su designación llegó a Santiago en febrero del año siguiente, aunque asumió las funciones de su cargo a finales de mayo. Conformó su entorno de gobierno con los juristas Ramón Martínez de Rozas y Correas y Judas Tadeo de Reyes, quienes ejercerían como asesor y como secretario, respectivamente. A ellos se sumaron los nombres del capitán Domingo de Tirapegui, el ayudante de órdenes José María Botarro, el ingeniero Pedro Rico, el oficial primero de la secretaría Ignacio de Andía Varela y Díaz, y el capellán Juan de Ubera, quien, además de clérigo presbítero, fungía de cirujano.

Entre sus primeras decisiones como gobernante, organizó una visita general para conocer directamente los problemas y potencialidades de su Capitanía. Durante la travesía, que duró seis meses, recorrió Santa Ana de Briviesca (Petorca), San Rafael de Rozas (Illapel), Combarbalá y las minas de Punitaqui. Avanzó luego sobre La Serena y Copiapó, donde se sorprendió del estado de miseria en que se encontraba su villa principal.

Al concluir su viaje, el 7 de febrero de 1789, juzgó oportuno suprimir las encomiendas de indios que aún quedaban en Chile. Tal decisión se basaba en dos razones: la encomienda constituía una de las causas de atraso y que desaparecerla influiría positivamente en la pacificación de los aborígenes. A pesar de las presiones y reclamos de los encomenderos, contó con el respaldo total de la Corona, pues el 10 de junio de 1791 el Monarca la abolió para siempre.

El 2 de abril de 1789 llegó a Santiago la noticia de la muerte de Carlos III. No tardó en organizar las exequias, las que se ejecutaron en la Catedral el 21 de julio de ese año. Para tal propósito, el arquitecto romano Joaquín Toesca levantó un túmulo de madera. La proclamación del Soberano sucesor fue festejada con pompa a inicios de noviembre y tuvo una duración de tres días.

Dejó grata memoria en Chile por su labor como fundador de poblaciones y repoblador de antiguas urbes. Entre las de carácter minero son dignas de mencionar la repoblación de San Rafael de Rozas (1788), contigua a los ríos Choapa e Illapel, que había sido establecida por el presidente Domingo Ortiz de Rozas en 1752; la de San Ambrosio de Ballenar (o Vallenar) en el valle de Paitanas (1789), que bautizó así en recuerdo de su terruño en Irlanda; la de San Francisco de Borja de Combarbalá (1789); la de Santo Domingo de Rozas en La Ligua (1789); y las de Coelemu (1792), San José de Alcudia (1792) y San José de Maipo (1792). Entre las agrícolas, creó las poblaciones de Santa Rosa de los Andes (1791), Linares (1794), en la provincia de Concepción, y la villa de la Reina Luisa, conocida también como la del Parral (1795). Finalmente, entre las marítimas destacó la villa de Nueva Bilbao de Gardoqui (hoy Constitución), en la desembocadura del río Maule (1794), creada a propuesta del capitán de maestranza Santiago de Oñaederra y Alvizú.

De todos sus proyectos colonizadores, el más destacado fue el inicio de la repoblación de Osorno, fundada en marzo de 1558 por el gobernador García Hurtado de Mendoza, a orillas del río de Las Canoas. La villa, que había sido destruida por los indígenas en enero de 1600, se convirtió en su centro de interés, pues su rehabilatación facilitaría la comunicación entre Valdivia y Chiloé y permitiría vigilar la costa ante la posible presencia de naves inglesas. El 7 de diciembre de 1793 recibió de la Corona el permiso para comenzar con esta empresa. Cuatrocientas veintisiete personas fueron las primeras en habitar la remozada villa, y nombró como juez ordinario y director de las obras públicas de ésta al capitán Manuel de Olaguer Feliú.

Su interés por mejorar el ornato y las comunicaciones en la capital de su jurisdicción le motivó a emprender el mejoramiento del entorno urbano. Construyó el camino entre Santiago y Valparaíso en 1791, y al año siguiente cimentó los tajamares de cal y ladrillo del río Mapocho, los que financió con un impuesto sobre el azúcar de Lima y la yerba mate del Paraguay. Igualmente, embelleció la fachada de la Catedral y continuó con la construcción de la Casa de Moneda, bajo la dirección del ya mencionado Toesca.

Como conocedor de la realidad indígena, convocó a los jefes indios al parlamento de Negrete a finales de 1792. Contando con la asistencia de ciento ochenta y siete caciques, y con la del intendente de Concepción, Francisco de la Mata Linares, del padre guardián del Colegio de misioneros de Chillán fray Benito Delgado, y de los funcionarios de su entorno, dio inicio a las conversaciones con los nativos a mediados de enero de 1793. Se concluyó en que los caminos a Valdivia quedarían siempre abiertos y que los caciques no impedirían el paso a los transeúntes. Los naturales aceptaron también la repoblación de la ciudad de Cañete, el restablecimiento de las misiones evangelizadoras y el establecer trato, comunicación y comercio con los miembros de la República de españoles, con las restricciones de algunos efectos prohibidos, como armas y caballos. A finales de ese año, la Corona aprobó las medidas tomadas por la asamblea.

Como es usual en los que ejercen altas dignidades, no le faltaron opositores, como el oidor Francisco Antonio Moreno y Díaz de Escandón, y adversarios que buscaron desprestigiarle, aun en la misma Corte de Madrid. Fue el caso de Vicente Carvallo y Goyeneche, natural de Valdivia, antiguo oficial de milicias de Chile y autor de una Historia general de Chile, que permaneció inédita durante ochenta años.

En 1795, por insistencia de los comerciantes de Chile, dejó instaurado el Tribunal del Consulado en su Capitanía. En ese mismo año, la Corona le permitió llevar el título de barón de Ballenary. Su nobleza se vería realzada al año siguiente, el 26 de marzo de 1796, cuando Carlos IV le extendió el marquesado de Osorno, en honor a su obra como reconstructor de dicha villa.

El 16 de septiembre de ese año fue designado virrey del Perú. El 24 de mayo de 1796 partió de Valparaíso en la fragata de guerra Nuestra Señora del Pilar.

Desembarcó en Callao el 6 de junio y, tras tomar el mando de manos del virrey saliente, Francisco Gil de Taboada y Lemus, hizo su entrada solemne a la capital el 24 de julio, en la que se gastaron 21.000 pesos de sus propios fondos.

Conformó su despacho con sus secretarios: el doctor Manuel María del Valle y Postigo, alcalde del Crimen de la Audiencia de Lima; Simón Díaz de Rávago y Gutiérrez Morante, teniente coronel de los Reales Ejércitos; y su asesor el doctor Ramón Martínez de Rozas, a quien había traído de Chile. No exento de nepotismo, colocó en el mando de la compañía de Caballería a su sobrino Demetrio O’Higgins, quien más tarde, en 1799, sería designado como intendente de Huamanga.

Durante su mandato, el 1 de febrero de 1796, la intendencia de Puno, que había pasado a formar parte del virreinato del Río de la Plata desde su creación, retornó al Perú por disposición de la Corona, a lo que se allanó la Real Audiencia de Charcas el 22 de agosto de ese mismo año. Dos años después, en la capital de esa intendencia, autorizó la fundación de un hospital para indios, cuya dirección recayó en fray Ambrosio Carassa, religioso de la Orden de San Juan de Dios.

También en 1796, con ocasión de la guerra entre Inglaterra y el imperio español, llegó a recolectar entre los vecinos solventes de Lima 265.000 pesos. Ordenó la captura de los buques balleneros británicos, a los que consideró potenciales naves de combate. Con este propósito creó una Comandancia Militar bajo las órdenes del vizcaíno Gabino Gaínza, envió en un bergantín a una compañía del Regimiento Fijo de Lima a la isla de Juan Fernández para vigilar el espacio marítimo chileno, y ordenó el reforzamiento de la guarnición de Valdivia y de todos los puertos del litoral peruano. En ese mismo año, gracias a las correrías de los bergantines Limeño y El Peruano, fueron apresadas en Paita las goletas Betsey y Lady, en Callao la Levante, y en Pisco los barcos El Comercio y El Triunfo. Además, prohibió el comercio con embarcaciones extranjeras para que a éstas no se les proveyese de vituallas así como se evitase cualquier diálogo con los británicos.

Simultáneamente a la lucha contra los balleneros de la Gran Bretaña, tomó medidas contra el comercio ilícito, las que resultaron ineficaces, ya que la carencia de una verdadera escuadra de guerra hacía imposible la erradicación del contrabando. Mercaderes sin escrúpulos, residentes en las ciudades del virreinato y algunas incursiones de extranjeros, como la estadounidense, mantenían vigente el problema. Así, por ejemplo, la fragata norteamericana Fabius desembarcó productos ingleses en el puerto de Quilca (en el actual departamento de Arequipa).

Las constantes rivalidades personales con el gobernador de Chile, Gabriel de Avilés y Fierro, quien lo indisponía ante la Corte y el ministro de Carlos IV, Manuel de Godoy, y las operaciones militares organizadas desde Lima en la guerra contra los ingleses, terminaron por generar un problema de jurisdicción con la gobernación que otrora estuviera bajo su mando. El 15 de marzo de 1798, la Corona solucionó el problema promulgando una resolución que declaraba la independencia de la Capitanía General de Chile respecto del virreinato del Perú.

En pro del ornato y la buena vecindad en la Ciudad de los Reyes efectuó un llamamiento a los alcaldes ordinarios para que remediaran la ociosidad de algunos sectores de la población, que generaba tristes espectáculos de embriaguez, hurto y peleas callejeras.

Se le respondió entonces que faltaban oportunidades de trabajo y que la autoridad edil, desde 1783, carecía de fuerza para tal propósito, además de que la virtud pública se había relajado con la prohibición del azotamiento, y que no era extraño ver a los delincuentes acogerse al fuero militar. Ante tal situación, poco o nada pudo hacer su autoridad. En el mismo sentido, mandó empedrar las calles y exigió la limpieza en ellas y en las casas, y que cada barrio emplease bombas rodantes con manguera para combatir incendios. Ello se extendió después a los locales de las instituciones públicas, como fue el caso de la Casa de Moneda. También llevó a cabo el trazo de la Alameda de Acho y la reconstrucción de las torres de la Catedral bajo la supervisión del clérigo y arquitecto Matías Maestro.

A los aportes mencionados se añadiría el camino carretero que unió Callao con la Ciudad de los Reyes, obra que para el médico ilustrado Hipólito Unánue constituiría uno de los mejores ejemplos de progreso local y modernidad. Este último proyecto, cuya dirección fue confiada al comerciante navarro Antonio de Elizalde y Arratea, se concluyó el 6 de enero de 1799, y en él se invirtieron 434.600 pesos, procedentes, en su mayoría, de los miembros del Tribunal del Consulado de Lima. La carretera se iniciaba en la portada de Tres Puertas y se dirigía hacia el oeste, a lo largo de un sendero ornamentado de árboles, e incluía alamedas laterales y óvalos que facilitaban el tránsito.

Combatió la literatura prohibida por el Tribunal del Santo Oficio, especialmente la que pertenecía a las ideas de la Ilustración francesa. Para tal fin, promulgó un bando, firmado en Callao el 5 de abril de 1799, en el que se multaba con 500 pesos a todo aquel que poseyera libros o publicaciones periódicas extranjeras, y en el que los reincidentes serían enjuiciados ante la Real Audiencia. También en 1799, informó a la Corona, el 26 de junio, sobre la realidad política y militar de Perú, así como del gobierno eclesiástico, y creó el apostadero de Callao bajo la dirección del brigadier Tomás de Ugarte y Liaño, primer comandante general de Marina, quien vino de España para cumplir exclusivamente esta tarea. Por otro lado, el 28 de octubre se produjo un eclipse solar, que comenzó a las 11: 20 de la mañana y terminó a las 2:02 de la tarde. En ese mismo año mantuvo especial cuidado con la posible llegada a tierras peruanas del francmasón cubano Pedro José Caro, emisario de Francisco de Miranda y amigo personal de Juan Pablo Vizcardo y Guzmán en Londres. Se decía que vendría a agitar a los negros contra el régimen virreinal. Lo cierto era que Caro estaba enfermo y a punto de morir. Éste, antes de fallecer, terminó por delatar en Hamburgo ante José de Ocariz, ministro de España, los planes conspiradores para liberar América de la dominación española, y entre los numerosos nombres de los insurgentes figuraba el del hijo natural del virrey.

Casi al final de su administración, en 1800, envió a la Península Ibérica 4.764.216 pesos, producto de la minería peruana, y despachó en corso a las naves Orué, Cástor y Leocadia, a las órdenes del capitán Antonio de Barreda, para inspeccionar las islas Galápagos, donde se sospechaba que se aprovisionaban los ingleses. La expedición a aguas ecuatoriales resultó exitosa, e hizo que el gobernante prohibiese la caza de cetáceos, pues los barcos balleneros estadounidenses, a pesar de no ser enemigos de España, proporcionaban vituallas y bebidas a los británicos.

Es digno de mención que, desde el principio de su período, poseyó una gran visión geopolítica. Quiso contrarrestar la presencia inglesa en el Pacífico con la colonización española de Oceanía. Envió naves a las islas Marquesas, pero su proyecto fracasó por no contar con la acogida de la Corona ni de los habitantes del virreinato peruano.

Finalmente, la presencia de su hijo en actividades revolucionarias llevó a la Corona a considerar prudente que se le separara de su cargo, lo que se cumplió el 19 de junio de 1800, y que el mando recayera interinamente en el oidor decano de Lima, Manuel de Arredondo y Pelegrín, caballero de Carlos III.

Mientras su vástago comenzaba a encumbrarse como un prócer de la Independencia americana, él, como consecuencia de su obligado relevo, caía en una profunda depresión. A este malestar se añadirían los achaques propios de su avanzada edad, pues estaba próximo a cumplir los ochenta años de vida. El 14 de marzo de 1801, sintiendo próxima la muerte, redactó su testamento y, cuatro días después, expiró. Su cuerpo fue inhumado en la iglesia limeña de San Pedro, entonces perteneciente a la Congregación de los oratorianos de San Felipe Neri.

Obras

Descripción del reino de Chile, sus productos, comercio y habitantes reflexiones sobre el estado actual, con algunas proposiciones relativas a la reducción de los indios infieles y adelantamiento de aquellos dominios de Su Majestad, Madrid, 2 de septiembre de 1767

Informe sobre el virreinato del Perú, Lima, 26 de junio de 1799.

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O'Higgins



El apellido O'Higgins es de origen irlandés, derivado del gaélico "Ó hUiginn", que significa "descendiente de Uiginn". Su origen se remonta a un sobrenombre que significaba "vikingo" o "navegante del mar", del nórdico antiguo víkingr. Una rama de esta familia noble irlandesa emigró a Hispanoamérica, y miembros de ella se destacaron en la independencia y política de Chile, como Bernardo O'Higgins Riquelme, uno de los padres de la patria chilena. 

Origen y Significado:

Gaélico: El apellido O'Higgins proviene del gaélico Ó hUiginn. 

"Ó": Esta partícula significa "nieto" o "descendiente". 

"hUiginn": Se refiere a Uiginn, un sobrenombre que deriva de la palabra nórdica antigua víkingr, la cual significa "vikingo" o "navegante del mar". 

Historia y Emigración:

Familia Noble Irlandesa: Los O'Higgins eran una familia noble gaélica con linaje en la dinastía O'Neill. 

Emigración a América: Una rama de esta familia emigró a Hispanoamérica, siendo ennoblecidos en la nobleza española a fines del siglo XVIII. 
Bernardo O'Higgins: Bernardo O'Higgins Riquelme es el miembro más famoso de esta familia en Chile, un líder militar y político clave en la independencia de Chile del Imperio español. Fue el primer Director Supremo de Chile. 


Diego Portales y Palazuelos



Diego José Pedro Víctor Portales y Palazuelos (Santiago, 16 de junio de 1793-Valparaíso, 6 de junio de 1837) fue un comerciante, militar y político conservador chileno, una de las figuras fundamentales de la organización y consolidación del Estado de Chile. Es un referente indispensable para el desarrollo intelectual del conservadurismo, el nacionalismo chileno y la justificación del autoritarismo en Chile.

Lideró políticamente las fuerzas conservadoras en la Guerra Civil de 1829-1830 y, tras rehusar la presidencia del país, fue ministro del Estado durante la presidencias provisionales de José Tomás Ovalle y Fernando Errázuriz, colaboró frecuentemente con el gobierno de José Joaquín Prieto, e impulsó la creación de las Academias Militar y Naval, devolvió los bienes a las órdenes religiosas, e influyó decisivamente en la redacción de la Constitución de 1833. Fue nominalmente vicepresidente de la República hasta que el cargo fue abolido en mayo de 1833.

Escudo cuartelado, 1º de azur, dos canillas al natural cruzadas; 2º de gules, tres fajas de oro; 3º de plata, una cruz de azur cantonada de otras cuatro cruces del mismo esmalte más pequeñas; y 4º de oro, un águila volante de sable


Ocupó la Gobernación de Valparaíso y en 1835 volvió al Gobierno como ministro de Guerra y después nuevamente de Interior. Aseguró la reelección de Prieto, de quien actuó como auténtico "primer ministro", aplicando una política destinada a afianzar el orden y el principio de la autoridad, rotos durante los procesos de Independencia y de Organización de la República. Algunos historiadores califican su actuación de dictatorial;[3]​ y otros, lo tienen como el fundador y arquitecto del estado chileno.[4]​ Para establecer el orden, tomó duras medidas, que incluían destierros y algunos fusilamientos de opositores al gobierno. Vio en la creación de la Confederación Perú-Boliviana una amenaza para Chile, por lo que impulsó la guerra contra ella, lo que produjo un alzamiento militar en Quillota que finalmente terminó con su vida.

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